Camina o muere: Juventud, Crudeza y una marcha interminable. Reseña sin Spoilers

Publicado el 12 de septiembre de 2025, 14:33

Por: Miguel Angelino Toriz

Un nuevo reto en un mundo distópico llega a los cines de la mano de Francis Lawrence, director de Los Juegos del Hambre, quien ahora adapta una de las primeras novelas escritas por Stephen King. Camina o muere (The Long Walk), publicada en 1979 bajo el seudónimo de Richard Bachman, se suma así a la lista de adaptaciones del maestro del terror que han encontrado espacio en la cartelera.

Para quienes no estén familiarizados, ya tenemos una nota platicando lo que den saber antes de ver esta película, pero en resumen la historia de Camina o Muere nos transporta a un futuro en el que la economía mundial atraviesa una grave crisis. Ante esta situación, el gobierno de Estados Unidos organiza cada año una brutal competencia: la Larga Marcha. El ganador no solo obtiene una fortuna, sino también cualquier deseo que pida.

Este evento, según la narrativa oficial, busca inspirar a la población a trabajar y esforzarse. Sin embargo, no se profundiza en el cómo. Más allá del trasfondo político, lo que vemos es un espectáculo despiadado en el que 50 jóvenes se enfrentan a un reto mortal que puede durar días enteros.

Entre Competencias Mortales

La premisa inevitablemente recuerda a sagas distópicas como Los Juegos del Hambre o fenómenos recientes como El juego del calamar. Sin embargo, aquí la historia toma un giro diferente: la “competencia” no se basa en la lucha directa entre rivales, sino en la resistencia de caminar sin detenerse hasta que quede un único sobreviviente. Esta propuesta resulta inesperada y, en ciertos momentos, conmovedora.

No podía haber mejor elección que Francis Lawrence para dirigir esta adaptación, pues su experiencia con la saga de Los Juegos del Hambre le permite explorar nuevamente la crudeza de las competencias distópicas, pero con un enfoque distinto.

En La Larga Marcha acompañamos a 50 jóvenes que se inscriben voluntariamente para caminar sin descanso, vigilados por militares armados y bajo reglas estrictas: mantener una velocidad mínima de 5 km/h, sin detenerse o bajar la velocidad.  Al cometer alguna falta se le otorga al participante una advertencia, y con el tercer incumplimiento eres eliminado brutalmente de la competencia y de la vida.

Los participantes reciben agua cuando la necesitan, pero deben administrar con estrategia la comida y sus necesidades fisiológicas, lo que convierte la prueba en un verdadero infierno.

Los amigos en el Camino

Lo más sorprendente que diferencia The Long Walk de otras narrativas de este género, es que aquí se desarrolla un fuerte sentimiento de camaradería entre los concursantes. A pesar de provenir de diferentes lugares, los jóvenes se apoyan, conviven y crean vínculos en medio de la desesperación, incluso sabiendo que solo uno sobrevivirá. Esta humanidad compartida marca una diferencia significativa respecto a títulos como Los Juegos del Hambre o El juego del calamar, donde predomina la supervivencia individualista.

Otro punto clave es la crudeza con la que Lawrence decide retratar la violencia. A diferencia de la saga de Los Juegos del Hambre, aquí se muestra de forma explícita y directa, generando un mayor impacto en el espectador y respetando así la esencia oscura del libro.

No todo es tensión: al tratarse de personajes muy jóvenes, también hay momentos de humor y camaradería que aligeran el ambiente y hacen que la experiencia resulte más llevadera, tanto para los protagonistas como para el público.

¿Por qué ver Camina o Muere?

La película cuenta con un reparto joven y talentoso, que se está abriendo camino en Hollywood. El elenco joven aporta frescura y carisma de rostros conocidos como el de Cooper Hoffman (Licorice Pizza) quien interpreta al protagonista John Garraty; además de los entrañables Ben Wang (Karate Kid: Legends) y David Johnson (Alien: Romulus).  Destaca la presencia de Mark Hamill como el antagonista, un tirano conocido como El Mayor.

La crítica coincide en que esta adaptación es muy fiel al libro, lo que puede ser tanto una virtud como una debilidad. Al mantener la perspectiva del libro, teniendo claro quienes son los protagonistas, puede volver la trama algo predecible y perder el factor sorpresa. En mi opinión, una narrativa más abierta, que mostrara los puntos de vista de todos concursantes, sin tener un protagonista definido, podría haber hecho la historia aún más emocionante e impredecible.

Aun así, llegando a la meta no decepciona. El final de la película es crudo, desgarrador y a la vez satisfactorio, logrando transmitir la brutalidad de la obra original. . Camina o muere es una película que ningún fan de Stephen King debería perderse. Su estreno en cines será el 25 de septiembre, y promete dejar huella en los amantes de las competencias mortales.

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